La ofensiva de prototipos de Toyota de cara al SEMA Show a principios de noviembre continúa, pero este último proyecto adopta un enfoque diferente al del Corolla Cross Hybrid Nasu Edition y el Camry GT-S. En lugar de una versión modificada de uno de los modelos actuales de Toyota, el Turbo Trail Cruiser toma como base un clásico Land Cruiser serie 60 y le instala un motor moderno: el V6 biturbo de la actual camioneta Tundra.
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El motor de seis cilindros y 3.4 litros del Turbo Trail Cruiser se mantiene sin cambios respecto al del Tundra, generando 389 caballos de fuerza y 650 Nm de par motor. Esto representa casi el doble de la potencia del seis cilindros en línea que originalmente equipaba el Land Cruiser, y debería hacer que el SUV tenga una aceleración considerablemente más rápida. Sin embargo, Toyota afirma que el cambio de motor no se debió únicamente a la velocidad, destacando también el funcionamiento más silencioso, las menores emisiones y la mayor eficiencia de combustible del moderno V6.
Si bien la Tundra utiliza una caja de cambios automática de 10 velocidades, Toyota conservó la transmisión manual original de cinco velocidades del Land Cruiser, fabricando una placa adaptadora para acoplar la palanca de cambios al sistema de propulsión i-Force. El equipo también creó nuevos soportes de motor y modificó el cárter de aceite para adaptarlo al chasis del Land Cruiser. Se instaló un nuevo intercambiador de calor para dirigir más aire frío al motor, y Toyota también diseñó un arnés de cableado personalizado e instaló un sistema de escape exclusivo.
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A pesar del importante cambio de motor, Toyota no quiso alejarse del estilo icónico del Land Cruiser, manteniendo prácticamente intacto el diseño exterior. Toyota logró integrar el V6 sin cortar el cortafuegos ni reubicar los puntos de anclaje del motor, preservando así el carácter del modelo original.
Las principales modificaciones incluyen una elevación de 3,8 cm, robustos neumáticos de 35 pulgadas y una inversión de los grilletes delanteros, que ajusta el punto de conexión de los muelles de ballesta al chasis y altera el comportamiento de la suspensión. El coche se pintó con una reproducción del color original Plata 147 de Toyota de 1986, y el habitáculo cuenta con una pantalla táctil integrada en el salpicadero y un moderno sistema de sonido JBL.
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Por lo demás, el interior luce tal como habría sido en los años 80, con indicadores analógicos, numerosos interruptores físicos y asientos de tela a rayas. Si bien esta restauración modificada será una pieza única, demuestra la pasión de Toyota por su rica herencia y, quizás, inspire a algunos de los fanáticos más ingeniosos de Toyota a crear proyectos interesantes que combinen sistemas de propulsión modernos con el estilo clásico.Este contenido se ha importado de una encuesta. Es posible que encuentre el mismo contenido en otro formato o más información en su sitio web.






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